LOS CORDONES, A LA HEROICA


Lo más complicado de la vida es acostumbrar el heroísmo a lo cotidiano. El primer paso es distinguir qué es lo heroico; que de lo cotidiano, tan evidente, nos hartamos. No es tarea fácil que se haga sin pensar, como quien se ata los cordones de los zapatos cada mañana. Quiero decir, uno puede dejarse arrollar por lo ordinario; de hecho, es la tendencia masiva -no digo de hoy por no tropezar con lo tópico- de la humanidad. Lo complicado es saber atarse los cordones de un modo heroico. Apretar bien el cuero deslizando el hilo por los agujeros, igualar los extremos, y poner toda la atención del mundo mientras se hace el lazo y se cruza, para acabar bien prieto junto a la lengüeta. No es tan fácil eso de atarse los cordones a la heróica.

Pregunta: ¿qué razón puede haber para atarse los cordones de esta manera? Haberla, hayla (como las meigas)

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
También hay, querido Eleazar, gente como yo, que en vez de atarse los cordones cada vez que se pone unos zapatos, deja el nudo bien hecho una vez y en sucesivas ocasiones se introduce el calzado como buenamente puede, destrozando así el zapato, el pie y empleando más tiempo en ponérselo así que si lo hiciese de la forma tradicional. Eso si, el nudo, bien atado.

P.D.: Me estoy planteando usar mocasines

saludos

Carlos

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