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Mostrando entradas de abril, 2008

¿QUIÉN ES NICOLÁS II?

“Pero… ¿Quién es Nicolás II?” En ese momento se paró la conversación entre un grupo de jóvenes universitarios, ingleses y españoles, todos estudiantes de postgrado. “Pues un Zar, el último Zar de Rusia.” “Ah, pero… ¿Qué es un Zar? ¿Y por que dejó de haberlos?” Antes de nada, una aclaración. Con lo que voy a decir no pretendo hacer una crítica personal, ni tampoco tirar la primera piedra. Lo primero porque no creo que esa falta de conocimientos sea sólo culpa del individuo, sino que es consecuencia de una deficiencia asombrosa del sistema educativo (en este caso inglés). Lo segundo es porque desgraciadamente ni yo, ni mi generación estamos libres, en general, de ninguna falta en cuanto a educación se refiere. Una vez entonado el mea culpa sólo una llamada a la reflexión. Alguien me dijo una vez que el sistema educativo anglosajón era el modelo a seguir, y una meta hacia la que deberíamos de caminar los españoles si queremos ser algo intelectualmente en el siglo XXI. Estoy de a

QUEBRADURA

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Atardecía, y las sombras conquistaban inexorablemente la materia. La última puerta del pasillo, a mando derecha, estaba entornada, comunicando apenas el estudio con el resto de la casa. La lámpara que colgaba del techo, sencilla, permanecía apagada. Llamaba la atención una mesa, desplazada del centro hacía la ventana de dos hojas, en la pared contigua a la de la puerta. Entre mesa y ventanta una silla; sobre la silla Alfredo , que contemplaba casi toda la historia de occidente, atrapada tras los lomos de los libros que estaban en la estantería. Grecia , Roma (esplendor y caída), la Edad Media … y así hasta los contemporáneos, colocados de manera independiente al resto, como si se quisiera mostrar visualmente la quebradura . “Nadie cose remiendo de paño nuevo en un vestido viejo”. Y la ruptura fue. Sigue siendo. Anochecía. Y Alfredo quedó dividido entre la luz del flexo y la penumbra. “Cada vez hay menos claridad”, pensó. Y en la estantería la brecha se hizo más patente.

ENCUESTA

En un blog del ramo literario acaba de publicarse una encuesta sobre cuál es, a juicio de los lectores, el mejor narrador de la actualidad. Se daba la opción de elegir más de uno dentro de una lista cerrada de escritores. Los nombres que se daban eran los de: Paul Auster, Eduardo Mendoza, Claudio Magris, Enrique Vila-Matas, Ian McEwan, Mario Vargas Llosa, Haruki Murakami y John Maxwell Coetzee. Más allá de lo acertado de la relación –obviemente, deja a muchos fuera-, resultó que el más votado fue el primero de ellos, Paul Auster. No es la primera vez que escribo sobre este autor y lo cierto es que mi opinión no ha cambiado al respecto. Más bien al contrario, me reafirmo en ella, máxime cuando confirmé mis inquietudes hablando sobre el tema con entendidos en letras. Paul Auster , me dijeron, es un escritor que produce textos sin alma . Estoy completamente de acuerdo. Quizá por eso tenga hoy tanta aceptación…

¿ADÓNDE VAMOS?

(De un blog) COMENTARIO 1. Hoy siento que me pesa toda la humanidad de mi ser. ¿Cómo poder deshacerse de esta carga? Escribo, y mientras las palabras surgen liberando mi espíritu soy capaz de alzar el vuelo. Gracias por esta entrada. Era el peldaño que esperaba. COMENTARIO 2. Siento la misma experiencia kármica cuando escribo. También hay algún autor que opera de igual modo sobre mí, rompiendo cadenas que la rutina creó. Sobre todo, Paulo Coelho. MODERADOR. Escribir es procurar liviandad a nuestra materia, a nuestro cuerpo de carnes y huesos. Así perfeccionamos nuestras imperfecciones. Debemos alcanzar una desinhibición total, acabar con toda atadura, soltar amarras. COMENTARIO 3. He leído la entrada y los comentarios. Realmente no entiendo mucho de todo esto. Moderador, le explicas eso último a mi novio, lo de “alcanzar una desinhibición total, acabar con toda atadura, soltar amarras”, Gracias. MODERADOR. Hola COMENTARIO 3. Creo que me has entendido mal. No qui

FORD MADOX FORD (1873 - 1939)

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Importante intelectual de su tiempo, Ford estuvo ligado al mundo cultural en diferentes ámbitos. Vivió en Londres, París y en Estados Unidos rodeado de gente como Hemingway, James Joyce o Gertrude Stein. Como editor publicó a muchos de los grandes escritores del momento. También colaboró con su amigo Joseph Conrad en alguna de sus novelas. Interesado en el arte, se acercó puntualmente al Vorticismo, la vanguardia inglesa, pero como crítico se centró en el estudio de los Prerrafaelitas, dedicando especial atención a su abuelo, Ford Madox Brown, pintor cercano e influyente en el círculo. Brown no llegó a ser miembro formal del mismo pero fue pionero de su estilo. Curiosamente, su nieto tampoco perteneció formalmente al modernismo literario, pero también es considerado su fundador. Fue un prolífico novelista y su trabajo está profundamente influido por la I Guerra Mundial. Una de sus novelas más conocidas, El Buen Soldado (1913), es de la etapa de preguerra. Técnicamente fue una obra

VINIERON COMO GOLONDRINAS

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Vinieron como golondrinas ... y desde el principio se procuraron buena morada. Llegaron para quedarse, azarosas en la construcción de un nuevo nido que aún conservo, y al que acudo de cuando en cuando para entrever los augurios que trajeron. Voy con Bunny; y voy con Robert, un poco mayor. Pero sobretodo, voy con James, y junto a él busco en las profundidades una explicación, aunque siempre terminamos por reclamar un consuelo. Debemos acostumbrarnos a otro tipo de presencia. Se lo digo a James, y a Bunny, y a Robert. Y, seguramente, también me lo digo mí mismo. Vinieron como golondrinas es una obra William Maxwell, publicada en Libros del Asteroide.

VELÁZQUEZ EN EL SIGLO XIX

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Whistler. El artista en su estudio . 1865-1866 En uno de los momentos de mayor esplendor inglés, cuando su gran imperio estaba forjándose, poco antes de que la reina Victoria llegara al poder, ciertos sectores de la sociedad británica miraron hacia España, que había estado en el fondo del saco del olvido prácticamente desde los tiempos en que vencieron a nuestra Armada. Historiadores e intelectuales intentaban, mediante el estudio del pasado imperial español, sacar a la luz los errores que la potencia ibérica había cometido y evitar así que el incipiente imperio británico cayese en los mismos, y guiar sus pasos hacia una nueva era de esplendor. Pero la mayoría de la gente simplemente veía a España como un país lejano y exótico, con sus caminos infestados de bandidos y saqueadores, al que era mejor no acercarse. Sólo algunos escritores, aventureros y pintores se sentían atraídos hacia ella por su conexión con el mundo oriental y por las peculiaridades de una cultura que poco