FORD MADOX FORD (1873 - 1939)
Fue un prolífico novelista y su trabajo está profundamente influido por la I Guerra Mundial. Una de sus novelas más conocidas, El Buen Soldado (1913), es de la etapa de preguerra. Técnicamente fue una obra innovadora por su estructura circular, la utilización de flash-backs, y cambios de puntos de vista. El narrador y protagonista vacía su conciencia y sus pensamientos, relatando una serie de acontecimientos y conversaciones con otros personajes sin ningún orden temporal o espacial. Esta descripción de lo que pasa por la mente humana está dentro de la nueva técnica literaria que se estaba desarrollando en la época. En el Impresionismo literario, profundamente relativista, la realidad no puede ser analizada, sólo se puede intuir; es una síntesis de sensaciones.
Ese vaciado de la mente se hace monótono y gris, no debido a falta de destreza literaria sino a la filosofía de fondo, y a su contenido; “Esta es la historia más triste jamás contada” son sus primeras líneas. Esporádicamente encontramos descripciones con toques pictóricos que olvidan el gris y colorean un poco la vida de los personajes. Se puede decir que aquellas obedecen a los únicos momentos de felicidad del desdichado protagonista.
Detrás de un argumento sin mayor complicación está implícita una profunda crítica social que se centra en la vacía vida de la aristocracia de primeros años del siglo XX, y en su concepto del matrimonio. Se refleja una alienación profunda del ser humano y un relativismo extremo que lleva al protagonista a vivir una vida carente de sentido. El pesimismo existencial que la novela transmite hace que cueste llegar hasta el final de sus páginas, en las que no se ve ni un atisbo de esperanza.
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