UN MENSAJERO EN LA NOCHE
Albert Wensbourgh era un calavera. Atracó, robó a mano armada, intimidó, estafó, etc. Cumplió condena en las peores cárceles de Inglaterra y no esperaba de la vida nada más que cobrarse la ídem de quienes le traicionaron. Esa era la venganza que tenía planeada, su motivo para sufrir su condena. Sin embargo, sus planes no contemplaban todas las variables posibles. La noche de un primero de año se le apareció un ángel. Extrañado, pensó que era un sueño. Había perdido en vida toda posibilidad de trascendencia. Pero creyó. Luchó. Hizo el bien. Se convirtió. Recuperó la confianza olvidada… y quedó maravillado.
Le contó toda su vida a una periodista española, y ésta nos la contó a nosotros en un libro titulado Un mensajero en la noche, el cual recomiendo vivamente a todos. Especialmente a los escépticos que extraviaron su capacidad para maravillarse.
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