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PERMITIDME TUTEAROS, IMBÉCILES

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Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros. Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda. Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros –aquí matizaré ministros y ministras– de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera. No quiero que acabe el mes sin mentaros –el tuteo es deliberado– a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía. De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergü...

LOS CORDONES, A LA HEROICA

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Lo más complicado de la vida es acostumbrar el heroísmo a lo cotidiano. El primer paso es distinguir qué es lo heroico; que de lo cotidiano, tan evidente, nos hartamos. No es tarea fácil que se haga sin pensar, como quien se ata los cordones de los zapatos cada mañana. Quiero decir, uno puede dejarse arrollar por lo ordinario; de hecho, es la tendencia masiva -no digo de hoy por no tropezar con lo tópico- de la humanidad. Lo complicado es saber atarse los cordones de un modo heroico. Apretar bien el cuero deslizando el hilo por los agujeros, igualar los extremos, y poner toda la atención del mundo mientras se hace el lazo y se cruza, para acabar bien prieto junto a la lengüeta. N o es tan fácil eso de atarse los cordones a la heróica . Pregunta: ¿qué razón puede haber para atarse los cordones de esta manera? Haberla, hayla (como las meigas)

FELIZ NAVIDAD

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TALLER LITERARIO

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Yo no soy esencialmente poeta, pero utilizo la poesía como ejercicio lingüístico; la poesía es irrenunciable para mí . Requiere una concentración lingüística extrema y eso beneficia la prosa. Mi prosa ha de tener música, y la poesía es ritmo. Cuando me pongo a escribir, tengo que encontrar un ritmo. En cuanto he encontrado el ritmo de la frase todo fluye. El ritmo le lleva a uno como un río, se nada en movimientos rítmicos. El ritmo lo encuentro mediante la intuición. Si no doy con la cualidad rítmica de una frase, la omito. La frase ha de encontrar primero un ritmo interior, luego la página y finalmente todo el párrafo. Así confiero a la prosa una dimensión poética . La poesía tiene una gran densidad, por lo que la prosa poética no puede abarcar demasiadas páginas. Normalmente, trato de encontrar frases breves, pues generan ritmo y movimiento. Son más rápidas y dan claridad a la prosa. Cuando escribí «Imperio» constaté que si quería ofrecer una descripción más acertada n...

ESCRITORES FANTASMA

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Hace unos días un compañero me pidió que investigara en la red sobre Joseph M. Carr, supuesto autor de la novela titulada El guardián de los libros secretos . Tras un buen rato, confirmé las sospechas de mi amigo: Carr no existía . El caso resulta aún más extraño siempre que la editorial que publica el libro en España (Styria) alardea de que éste ha sido un éxito de ventas en el Reino Unido, llegando hasta los 50.000 ejemplares vendidos. Ayer mismo, Jesús Ruiz Mantilla publicaba en El País un reportaje titulado La era de los escritores fantasma en el que se refería al creciente número de casos en los que la autoría del libro queda en el anonimato. Sea cual fuere la causa (Ruiz Mantilla habla de una crisis de la literatura de autor), esta tendencia no es más, en la mayoría de las ocasiones, que una maniobra de los editores en busca del tan anhelado bestseller . Sin embargo, creo que la legitimidad de esta práctica no siempre es evidente y casos como el de Styria y Carr son denuncia...

DE TÓPICOS VAMOS LISTOS...

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Vivir a base de tópicos es de lo más triste que puede haber. Es síntoma de nulo espíritu crítico, de apoltronamiento intelectual, de inexistente capacidad discursiva y de manifiesta torpeza mental. Es, además, punto de arranque de injusticias e injurias. Cicerón (de nuevo un clásico…) apuntaba que existen dos tipos de injusticia: “el primero, de quien injuria a otro, y el segundo, de aquellos que pudiendo no defienden a los injuriados”. Pues bien, siguiendo este apunte, es manifiesto que aquellos escritores –en este blog son protagonistas- que viven, piensan y escriben desde el tópico falso y malintencionado, faltan a la justicia desde las dos vertientes posibles, y es su obra, por tanto, tan despreciable como inicua. ¿Que por qué estas líneas? Por Köt , de Ábalos, por La brújula dorada , de Pullman, y por otros tantos títulos que se quieren convertir en bestseller pisando la verdad.

EL MUNDO

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He dejado a la mitad el último premio Planeta. Dice Juan José Millás, su autor, que este libro vino a él, que empezó y no pudo dejarlo. También dice que, aunque en un principio no lo veía como una obligación para consigo mismo, acabó por tener la necesidad de llegar al final. Vaya por delante -la educación es un grado- que considero que escribe bien. Pero el libro… el libro es una vomitona, una gran vomitona. Eso sí, con estilo. Pero poco más. En una entrevista dice Millás que un escritor debe olvidarse de lo que es el pudor. Ya, pues vamos apañados. Como ahora nos de a todos por airear nuestras rayadas más intimas -que el libro no es otra cosa- o dejamos definitivamente la lectura o enloquecemos todos. Una de dos, que literatura de tan bajo perfil ni forma, ni informa, ni divierte (o al menos no debería…) En fin, que a veces es mejor dejar un libro sin acabar que perder el tiempo llegando hasta la última página. Otros personajes esperan.