EL MUNDO
He dejado a la mitad el último premio Planeta. Dice Juan José Millás, su autor, que este libro vino a él, que empezó y no pudo dejarlo. También dice que, aunque en un principio no lo veía como una obligación para consigo mismo, acabó por tener la necesidad de llegar al final.
Vaya por delante -la educación es un grado- que considero que escribe bien. Pero el libro… el libro es una vomitona, una gran vomitona. Eso sí, con estilo. Pero poco más. En una entrevista dice Millás que un escritor debe olvidarse de lo que es el pudor. Ya, pues vamos apañados. Como ahora nos de a todos por airear nuestras rayadas más intimas -que el libro no es otra cosa- o dejamos definitivamente la lectura o enloquecemos todos. Una de dos, que literatura de tan bajo perfil ni forma, ni informa, ni divierte (o al menos no debería…)
En fin, que a veces es mejor dejar un libro sin acabar que perder el tiempo llegando hasta la última página. Otros personajes esperan.
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