¿DEBO YO ESCRIBIR?

En 1902, Franz Xaber Kappus, un joven alemán que gustaba de escribir versos, comenzó una correspondencia con el poeta, ya consagrado, Rainer Maria Rilke. En la primera de ellas, Kappus le envía una serie de versos y poemas escritos por él mismo, junto con un largo texto en el que se confiaba por completo a su nuevo tutor. A la contestación a esta carta, primera de un flujo mantenido durante años, se corresponden las líneas que figuran a continuación. Más allá del reproche al joven, resulta interesante apreciar el hondo saber de la escritura y su peculiar manera de entenderla de este afamado poeta.

" Usted pregunta si sus versos son buenos. Me lo pregunta a mí, como antes lo preguntó a otras personas. Envía sus versos a las revistas literarias, los compara con otros versos, y siente inquietud cuando ciertas redacciones rechazan sus ensayos poéticos. Pues bien -ya que me permite darle consejo- he de rogarle que renuncie a todo eso. Está usted mirando hacia fuera, y precisamente esto es lo que ahora no debería hacer. Nadie le puede aconsejar ni ayudar. Nadie... No hay más que un solo remedio: adéntrese en sí mismo. Escudriñe hasta descubrir el móvil que le impele a escribir. Averigüe si ese móvil extiende sus raíces en lo más hondo de su alma. Y, procediendo a su propia confesión, inquiera y reconozca si tendría que morirse en cuanto ya no le fuere permitido escribir. Ante todo, esto: pregúntese en la hora más callada de su noche: "¿Debo yo escribir?" Vaya cavando y ahondando, en busca de una respuesta profunda. Y si es afirmativa, si usted puede ir al encuentro de tan seria pregunta con un "Si debo" firme y sencillo, entonces, conforme a esta necesidad, erija el edificio de su vida. Que hasta en su hora de menor interés y de menor importancia, debe llegar a ser signo y testimonio de ese apremiante impulso. "

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