IMÁGENES POR IDEAS
Es norma, por lo común del hecho, que el escritor novel en su pretensión de alcanzar la maestría literaria desde la primera línea, se disponga presto a zambullirse en un mar de ideas, imprescindibles a su juicio, para el progreso humano. Así, no es extraño leer manuscritos en los que se habla del amor, de la vida o la muerte cuando en realidad lo oportuno sería desbrozar un simple estado de ánimo o describir un paisaje. Decía Joubert, -autor sin libro, escritor sin escrito, en palabras de Blanchet- que cuando en vez de sustituir las imágenes por las ideas, sustituimos las ideas por las imágenes, embrollamos el tema, oscurecemos su materia, volvemos menos clarividente el espíritu de los otros, y también el nuestro. Es sólo un consejo.
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