JUAN MESEGUER
Claro que situar al comienzo de un poemario diez líneas de Ernesto Sábato sobre el compromiso y la donación, junto a unos versos escogidos de Octavio Paz que viven angustiados, que expresan la agonía de un gerundio sin ser, es en toda regla una clave acertada y necesaria para leer
Y a lo mejor la vida
no es otra cosa que eso:
llegar de noche a casa
(los niños, los deberes,
Los deberes, los niños),
sentarse en un sofá,
prescindir de la tele,
Y estar unos minutos
contemplando en tus ojos
la solución exacta
-el verso pertinente-
a todas mis preguntas.
Dame, esperanza,
el nombre equivocado
y dulce de las cosas.
Confunde con tu vuelo
el cálculo preciso
de la lógica humana;
su exacto pesimismo
de medidas y números.
Conquista para mí
-para nosotros-
la luz inaccesible de los días,
Su alta cumbre
de nieve y de pureza.
Juan Meseguer Velasco
Bancos de Arena, 2005.
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